Este 05 de marzo comienza la Cuaresma, es decir, el tiempo litúrgico dentro de la Iglesia Católica en el que los cristianos se preparan para vivir el Misterio Pascual: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, fundamento y verdad de la fe cristiana, englobados dentro de la celebración de la Semana Santa.
Este periodo comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo con la Misa Crismal, su duración es de cuarenta días.
El color litúrgico de este tiempo es el morado, que significa penitencia. Un tiempo donde la Iglesia invita a la reflexión con especial énfasis en el perdón y reconciliación, purificación y renovación de la vida cristiana.
Estos cuarenta días de Cuaresma nos recuerdan, distintos pasajes de la Biblia que acontecieron en distintos momentos históricos: los cuarenta días del diluvio ( Gen. 7); los cuarenta días de Moisés en el Sinaí ( Ex. 24, 12-18); los cuarenta días de Jonás ( Jonás 3,4); los cuarenta años del pueblo de Israel por el desierto para alcanzar la tierra prometida (Deuteronomio 9, 9-11); los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto donde fue tentado antes de comenzar su vida pública (Mc 1. 12-13).
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente.
Los pilares de la Cuaresma
Como católicos, los pilares sobre los que se sustenta la Cuaresma son la oración, el ayuno y la limosna. Mediante la oración, Dios invita a que los cristianos se detengan en el silencio y a buscarlo alrededor, en la naturaleza y en las personas que necesiten ayuda. El ayuno se simboliza como un acto de penitencia y solidaridad con las personas que pasan hambre, y ayuda a sentirse parte de lo que ellos viven día a día. La limosna es un acto de caridad y de amor a Dios y al prójimo.
El Catecismo pide a los católicos que hayan cumplido los 14 años a abstenerse de comer carne los viernes de Cuaresma, y a las personas de entre 18 y 59 años de edad además de ayunar se les pide no comer carne el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Al renunciar a pequeñas cosas como el café o los dulces, se hace espacio para que Dios llene el espíritu de los cristianos y se pueda ofrecer a los más necesitados el dinero ahorrado.
¿Por qué se visten las vírgenes de hebrea durante la Cuaresma?
Vestimentas de Hebrea
A nivel cofrade, las vírgenes cambian su atuendo por un estilo menos ostentoso y más acorde con el tiempo litúrgico. La vestimenta de hebrea desprende sobriedad y recogimiento, muy en la línea del tiempo litúrgico que se inicia con la Cuaresma. Este estilo se compone en esencia por un manto azul en raso, con un forro en color blanco para que destaque el doblez en la zona de la cabeza y los hombros.
Nuevas tendencias más innovadoras en la actualidad, apuestan por mantos en tonos verdes o morados. En cuanto al color de la saya, se suele usar predominantemente el rojo burdeos. Quizás lo más característico de este tipo de vestimenta, sea el cinturón o fajín que la imagen luce en su cintura. Suele ser de una tela llamativa, a rayas de colores.
Como remate, a las vírgenes se les suele colocar sobre sus sienes una diadema de metal con doce estrellas y una corona de espinas en sus manos, con una ausencia casi total, de otro tipo de joyas, ya que impera la austeridad.
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