Pocos dudan de las condiciones técnicas de Ramón Enríquez, uno de los futbolistas mejores dotados de la primera plantilla del Málaga CF. Ahora bien, los problemas físicos que ha arrastrado en los últimos años han frenado su progresión e impacto en el primer equipo, sufriendo dos grandes lesiones de larga duración. Su última titularidad con los de Pellicer fue el 5 de mayo de 2024, ante el Mérida, en La Rosaleda. Lo cierto es que no se guardan grandes recuerdos de aquella actuación, y es que sólo aguantó 20 minutos sobre el verde.
Aquella tarde en Martiricos significó decir adiós a una temporada para el olvido en lo profesional. En esta campaña reapareció en la 13ª jornada ante el Levante, además de sumar minutos ante el Castellón. Hoy, en el Plantío ante el Burgos, volvió al once inicial de Sergio Pellicer más de siete meses después, con la intención de suplir a Manu Molina y recuperar al fin su mejor versión, que lo convirtieron en uno de los mejores mediocentros de Segunda División.
El de Órgiva ha completado 60 minutos de juego a un buen ritmo. Bien es cierto que el centrocampista ha estado lejos de su mejor versión, y es que no ha gozado del protagonismo que acostumbra, aunque su participación se podría destacar como positiva. Ha estado muy bien acompañado en el medio por Luismi Sánchez, que ha sido uno de los mejores del equipo realizando el trabajo sucio. Algo fatigado, se marchó a la hora de juego por Izan Merino, quien no pudo mejorar al granadino.
El canterano malaguista es la principal novedad que presentó el de Nules en el once, aunque existieron más variaciones: Alfonso Herrero; Puga, Pastor, Einar Galilea, Víctor García; Ramón, Luismi; Larrubia, Lobete, Antoñito Cordero; Dioni Villalba. Sin duda, otra de las grandes sorpresas fue la vuelta de Antoñito Cordero, quien llevaba más de un mes y medio sin partir desde el inicio. Hoy tuvo la difícil papeleta de suplir a Kevin Medina, aquejado de una dolencia en el aductor (causa baja), pero no rindió al nivel de principio de temporada.