El Real Betis estará en los octavos de final de la Conference League. Los verdiblancos fueron superiores sin ser capaces de marcarle a un Gent que aprovechó una ocasión en los últimos compases tras la expulsión de Vitor Roque para infligir una nueva derrota europea a los de Manuel Pellegrini.
Comenzó con susto la previa del partido para los béticos, Marc Bartra y Cedric Bakambu aparecían en la alineación titular pero no estarían entre los once que saltaran finalmente al campo. El central, según informó el club, por un error en la transmisión de los jugadores que arrancarían, mientras que el congoleño sintió una molestia en su pie derecho, se probó en el calentamiento y no se vio para iniciar el choque. Sus lugares los ocuparon Diego Llorente y Antony.
Éste último dejó claro en el primer balón que sigue siendo la principal ilusión del bético por acudir a su casa y el principal aliciente en La Palmera. Es otro nivel. Estando bien, mejora cada balón que toca y desborda con suma facilidad. De sus botas nacían los continuos ataques locales en los primeros compases. Abde también se mostraba participativo y Chimy Ávila jaleaba a una grada que no terminó de poblarse hasta pasados los primeros treinta y cinco minutos de partido. El trasiego de espectadores fue incesante durante casi la primera mitad del partido por los problemas a la hora de acceder al coliseo verdiblanco.
En ese intervalo, la más clara para adelantar a los de Pellegrini la tuvo Ez Abde en un remate de cabeza a la salida de un córner que repelió bien Roef. El ritmo de los de Heliópolis fue decreciendo con el transcurso de los minutos. Eso propición, incluso, que el Gent merodeara la portería defendida por Fran Vieites y pudiera adelantarse con un disparo del japonés Ito, que se marchó fuera por poco.
El partido entró posteriormente en un momento de zozobra, algo entendible pues la eliminatoria estaba completamente controlada por los andaluces, que no querían arriesgar más de la cuenta en estos minutos, y los visitantes eran incapaces de crear más peligro. Con ello, se llegó al descanso, que trajo consigo la inserción en el césped, ahora sí, de Bartra por Llorente.
No cambió mucho la película. Antony lo intentaba con algún detalle mágico meintras que Abde y Vitor Roque le ponían voluntad sin encontrar resultado. Entonces Pellegrini decidió agitar un poco el avispero con un triple cambio que seguramente estaba ya hablado. Isco Alarcón recogió el testigo de líder dejado por Antony, además de la permuta entre Johnny Cardoso y Ruibal por Altimira y Sabaly. Lo cierto es que las masas se agitaron, el Villamarín se metió en el partido e Isco se encargó del resto. En tres balones que tocó demostró, a las más de 51.000 personas que se dieron cita un jueves laborable en el Benito Villamarín, que está tres escalones por encima del resto, por no compararlo ya con los jugadores del conjunto belga que, a buen seguro, disfrutaban en la cercanía de la categoría del malagueño.
Vitor Roque y Chimy Ávila, en su línea de aportar más voluntad que eficacia, no acertaron a materializar claras ocasiones de los verdiblancos. Las oportunidades se sucedían, en las botas incluso del propio Isco, pero no terminaban en el fondo de la red. El Gent, por su parte, hacía lo que podía sabiéndose condenado prácticamente en todo momento. La losa de la ida era demasiado grande siquiera para llegar a creerse una posible machada.
Vitor Roque, expulsado
A Vitor Roque se le pueden reprochar muchas cosas, pero nunca su incansable voluntad por mejorar y buscar el gol. Eso lo valoró el respetable y le premió con diferentes ovaciones. Las necesita, sin duda, el joven futbolista de 19 años que no atraviesa su mejor momento futbolístico ni mental, con las distracciones del interés desde Brasil por parte del Palmeiras para devolverlo a su país natal en medio de la temporada y cambiar todos sus esquemas.
Quizá toda esa situación explique que se marchara expulsado, a falta de menos de 10 minutos para el final y con el partido visto para sentencia, por una entrada temeraria que le costó la amarilla en primera instancia y que, el colegiado a través del VAR, acabó convirtiendo en roja.
Poco después de que los de Manuel Pellegrini se quedaran con un futbolista menos, el Gent lo aprovecharía para que Archie Brown anotase el gol del honor en la eliminatoria, que les permitió llevarse una victoria moral del Benito Villamarín y desatar la alegría de los más de 700 belgas que se habían desplazado hasta Sevilla.
El gol y una petición de Abde reclamando un penalti, que ni el colegiado ni el VAR consideraron oportuna señalar, dejaron paso al pitido final. Una nueva derrota del Real Betis en esta edición de la Conference League. Engañosa, sí, pues la eliminatoria nunca estuvo en peligro, pero una derrota al fin y al cabo. No es la mejor forma de ilusionar, de cara a lo que viene, a un beticismo que volvió a dar la cara como siempre y que se agarra al partido de ida de los suyos en Bélgica y a que sus grandes figuras estén finas para soñar con superar los octavos de final. Allí esperarán Chelsea o Vitoria de Guimaraes, el sorteo del viernes dictará sentencia
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