El año 2024 ha sido muy positivo en el ámbito deportivo para Málaga. En el fútbol ha sido un año de ascensión, de vuelta tras la caída al pozo, pero en cuanto a la pelota naranja ha sido de resurrección y de confirmación. El Unicaja Baloncesto ha ratificado su vuelta al baloncesto de élite con dos títulos logrados, pero por encima de estas alegrías y de engordar su palmarés, lo relevante es cómo el conjunto cajista ha vuelto a hablar de tú a tú a grandes como Real Madrid y FC Barcelona.
Se puede decir sin miedo a equivocarse que el Unicaja, aunque no dispute la Euroliga (algo que muchos expertos piensan que es para mejor), es ahora mismo el tercero en discordia del baloncesto español en lo que a fortaleza y opciones de ser favorito a campeonar. Realmente, los de verde van líderes de la Liga Endesa, dominan en la competición continental de la BCL con Europa como el patio de su casa y afrontan meses importantes con la Copa del Rey -¿otra más al bolsillo?- en el horizonte, aunque siendo justos hay que darle el beneficio de la duda a Madrid y Barça de cara a los principales torneos domésticos.
Pero, desde que comenzó esta temporada baloncestística 2024-2025 hay muchos entrenadores, analistas e, incluso, jugadores que piensan que Unicaja es claro candidato a ganar la ACB y la Copa del Rey. El equipo malagueño puede aprovechar el desfondamiento que están teniendo los grandes equipos nacionales por el ajetreo de la Euroliga y las plantillas mermadas. Los cajistas meten miedo a chicos y grandes desde hace tiempo, con un baloncesto muy físico, muy intenso y que no da un segundo de respiro a los rivales.
Los equipos pequeños y endebles de la ACB ya van asumiendo que la visita al Martín Carpena es casi una derrota asegurada por el momento de forma de los de verde y morado. Gran culpa de ello la tiene Ibon Navarro, el entrenador que ha recuperado el orgullo del deporte de la canasta en la Costa del Sol y que hace que sus pupilos sean temidos como una vara verde en España y en Europa. Un trabajo que apuntala la reconstrucción de años que lleva haciendo Antonio como presidente del club.
Eso sí, no hay que confiarse que después las temporadas son muy largas. Y siempre hay que guardar respeto por lo equipos que tienen más presupuesto y palmarés en sus vitrinas, y que son capaces de llegar a final de la campaña enteros a pesar de todo. Precavidos pero intensos es el mensaje de un Ibon Navarro, preparado para alcanzar cotas todavía más altas.
