El presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Miguel Rus, sostiene que el incumplimiento en materia de prevención de riesgos laborales (PRL) «debe ser motivo de despido del empleado o de sanción al empresario». Rus sostiene que incumplir la prevención debe ser motivo de despido del trabajador o de sanción al empresario. «Esto no es un frontón donde echarnos las culpas unos a otros, sino una responsabilidad para ambas partes, que tenemos que trabajar de manera conjunta, concienciar y obligar a empresarios y a trabajadores a que cumplan las medidas; quien no lo haga, que caiga sobre él todo el peso de la ley».
Rus sostiene que incumplir la prevención debe ser motivo de despido del trabajador o de sanción al empresario
Así lo expresa en declaraciones a Europa Press cuestionado sobre qué medidas adicionales desarrolla el tejido empresarial al respecto –al margen de lo que exige la normativa legal– para reducir los accidentes de trabajo y el «esfuerzo» que los sindicatos reclaman insistentemente a la patronal para contribuir a ello. No en vano, este martes fallecía un trabajador en Écija al caerle una placa de hormigón de siete toneladas y se registran ya once víctimas mortales en accidentes laborales en lo que llevamos de año en la provincia.
«El compromiso de acabar con la siniestralidad laboral debe ser de todos, los empresarios los primeros; también de trabajadores y sindicatos», destaca Rus. «Cuando hablamos de siniestralidad no vale que sea mucho o poco, tiene que ser cero, porque estamos hablando de vidas y de familias», abunda.
Los agentes sociales coinciden en este punto ya que los sindicatos consideran también que «todo lo que no sea que administración, empresarios y nosotros nos pongamos todos a una para, conjuntamente, realizar un seguimiento de estos trabajos, va a derivar en desgracia».
ACUERDO ALCANZADO HACE UNOS AÑOS
Subraya Rus que los empresarios deben cumplir y «poner todo de su parte» en cuanto a las medidas de prevención porque si no, «incurrimos en una responsabilidad penal y se puede poner en riesgo la viabilidad de la empresa con sanciones o penalizaciones con el posible incremento de las prestaciones».
«Pero también tenemos que exigir que nuestros trabajadores, a los que les damos esos medios, los cumplan: si no lo hacen, el despido sale barato, puesto que estás poniendo en riesgo tu empresa, tu familia, vida y el resto de los compañeros también que trabajan en la empresa».
Asimismo, Rus destaca el acuerdo alcanzado hace unos años entre sindicatos y empresarios, en el que se decidió incluir los desplazamientos al trabajo dentro de los accidentes –‘in itinere– y que el 70% de los mismos son de esa naturaleza y «no creo que sea culpa del empresario». De ese modo, «¿por qué no podemos trabajar en esa línea? Igual, hoy que tenemos Inteligencia Artificial (IA), hay que poner una aplicación para que cuando nos montemos en el coche en horario de trabajo no se puedan usar las redes sociales».
«Si bien es algo que parece lógico, coherente y de sentido común, no lo hacemos. Y la mayoría de los accidentes ‘in itinere’ son por distracciones, conducción inadecuada o distracciones producidas por no cumplir las normativas de circulación y de prevención y de seguridad», añade.
REDUCCIÓN DE JORNADA Y PRODUCTIVIDAD
En opinión del presidente de los empresarios sevillanos, para llevar a cabo la reducción de la jornada laboral que propone el Gobierno –desde las 40 horas semanales actuales a las 37,5 horas sin merma salarial para 2025–, el «tema clave» es hablar de productividad, «algo que echamos de menos». «Disminuir la jornada si aumenta la productividad, y hay herramientas para ello», afirma.
Además, en lo que se refiere a esa medida planteada por el Ejecutivo, «habría que tener en cuenta la flexibilidad», puesto que «no todos los sectores podrían aplicarla, y legislar a espaldas de esta realidad es perjudicial», subraya Rus, al tiempo que recuerda que el 98 por ciento del tejido empresarial sevillano está conformado por pequeñas y medianas empresas (pymes).
«Cambiar las reglas a mitad del partido es algo que me preocupa. Si aumentan los costes para las empresas, baja la competitividad, con lo que se pone en riesgo el futuro de las empresas, aumenta la inflación y volverían a subir los costes, entrando en ese círculo». Además, «no conviene olvidar que aún hay muchas empresas que están pagando préstamos por el Covid», concluye.