Draghi asegura que la crisis alimentaria «tendrá consecuencias humanitarias terribles».
Día 93 de guerra en Ucrania. Rusia ha vuelto a a bombardear la ciudad de Járkov, la segunda del país, en medio de temores de que la ciudad vuelva a ser objetivo de las tropas del Kremlin tras su retirada. Al menos nueve civiles han muerto, incluido un niño, y 19 están heridos. Las autoridades han vuelto a pedir a los residentes que permanezcan en los refugios.
El gobernador de Lugansk, Serhiy Haidai, en el este del país, ha asegurado que solo el 5% de la región permanece en manos ucranianas. «Se están produciendo combates muy intensos en las afueras de Sievierodonetsk. Están destruyendo la ciudad, la están bombardeando sin pausa», ha señalado en un vídeo en Telegram. El Pentágono asegura que Rusia ha perdido “cerca de 1.000 tanques” desde el inicio de la guerra.
Rusia, dice estar dispuesta a evitar una crisis alimentaria global si Occidente levanta las sanciones a Moscú. La ministra de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, acusó al presidente Putin de convertir el hambre en un arma de guerra. Ayer, otros dos soldados rusos capturados se declararon culpables de bombardear una ciudad en el este de Ucrania, en el segundo juicio por crímenes de guerra desde que las tropas rusas invadieron el país. Hay alrededor de 8.000 prisioneros de guerra ucranianos en las autoproclamadas Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk, respaldadas por Rusia, según la agencia de noticias Tass.
Fuentes oficiales citadas por la agencia rusa de noticias TASS han manifestado que «hasta la mañana de este viernes, más de 1,5 millones de personas han cruzado la frontera con Rusia, incluidos más de 247.000 niños». «La mayoría son ciudadanos de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk», han agregado.