El techo ceniciento que ha cubierto Granada durante las últimas semanas se va agrietando y, por cada hendidura, se deslizan haces de luz que derriban la apariencia británica que había adquirido la ciudad, aunque un té bien caliente sigue rentando en lo que el mercurio trata de levantarse. En el horizonte, de nuevo nítido pese a la amenaza de alguna nube rebelde, se alza imponente el Mulhacén, vigía de todo cuanto vuelve a ocurrir a sus pies, abrigado por un gélido manto blanco que a más de uno le lleva a sacar el móvil por la calle para inmortalizarlo. La postal lo dice todo: el tren de borrascas ha concedido a la estación de esquí granadina un escenario idílico en su último mes de actividad, aunque desde Cetursa, por si alguna duda se resistiera a esfumarse, lo confirman. «La situación de Sierra Nevada es, de largo, la mejor de la temporada», reconocen.
‘Hannah’, ‘Konrad’, ‘Laurence’ y ‘Martinho’, las cuatro borrascas que hicieron cola para descargar una tromba de agua sobre todo el país, así como las pequeñas tormentas que se produjeron entre ellas, han deparado en la estación de esquí un cierre de temporada perfecto. Las lluvias intensas en la ciudad han sido grandes nevadas en la Sierra, en especial en sus cotas más elevadas, que han dejado al menos dos metros de nieve nueva. Una capa helada que, sobre la que ya había antes de la sucesión de temporales, eleva a tres los metros de espesor en la mitad superior del dominio esquiable, precisan desde Cetursa.
Las condiciones son idóneas para la práctica del deporte de nieve, por lo que en la estación están viviendo las mejores jornadas de esquí de todo el ejercicio, optimistas además porque el paso de los días apunta a mejorarlas. «Nos queda un mes de temporada excepcional, con un paisaje espectacular que cualquiera puede comprobar desde cualquier punto de Granada, bellísimo y hasta emocionante», señalan en Sierra Nevada. Una buena primavera después de un invierno malo, que podría cantar Fito, pues la campaña, admiten desde Cetursa, ha sido complicada por la demora de las grandes nevadas, las que algunos trabajadores pensaron que no verían este año. Llegaron finalmente con el tren de borrascas, que propició varios días de cierre a causa de las fuertes rachas de viento, si bien desde el sistema montañoso subrayan que son «la mejor inversión».
Nevadas y coches atrapados en últimos coletazos de ‘Martinho’ en Granada
Misma fecha de clausura
«Casi toda la nieve buena que llega lo hace con mucho viento, con temporales del Atlántico o del Golfo de Cádiz que toda la vida han implicado rachas de 80, 90 o 100 kilómetros por hora», aclaran. Mal menor si, como ha sucedido en esta ocasión, a su marcha dejan «una situación de nieve inmejorable y unas expectativas para el último mes que no se han visto en toda la temporada y, probablemente, tampoco en la anterior». Desde la estación invitan por ello a disfrutarlo, por el momento sin ampliar la campaña. La fecha de cierre del ejercicio continúa fijada el próximo domingo 27 de abril y no hay novedades al respecto de un posible aplazamiento. Por ahora, ese es el último día para el que se pueden adquirir forfaits.
Sin acuerdo con los empleados de remontes
Está por comprobar si en este cierre de temporada incide el conflicto laboral en Cetursa. No se han producido nuevos avances en la negociación con los empleados de remontes, que desconvocaron la huelga del pasado sábado, pero mantienen la convocatoria de una jornada de parón el 9 de abril y paros parciales durante la Semana Santa. Ya el pasado 1 de marzo, el primero de los ocho días sin actividad previstos en un principio, la situación desembocó en el cierre de puertas en Sierra Nevada, secundada la interrupción por 134 trabajadores. Una jornada de clausura durante la que, según cifró la empresa, la estación de esquí dejó de ingresar 800.000 euros y tuvo un impacto económico de entre siete y ocho millones de euros.
