La Federación SOS Racismo presentó este miércoles la segunda parte de su informe sobre la discriminación racial en el deporte con el fin de identificarla en la práctica deportiva del fútbol y baloncesto federado amateur tanto femenino como masculino, en el que un 85,5% de los encuestados creen que el racismo y la discriminación son problemas importantes en el mundo del deporte.
La investigación se realizó en Aragón, Bizkaia, Cataluña, Galicia, Guipúzcoa y Navarra con la participación de 446 personas y reafirma la preocupación tanto por la normalización de comportamientos y actitudes que, «aunque sutiles, contribuyen a la perpetuación de la discriminación racial como por la falta de medidas para su erradicación». Desde esta aproximación SOS Racismo pretende «conocer las formas en las que se manifiesta el racismo y la discriminación en el mundo del deporte».
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Según el informe, el 48,4% de las y los deportistas encuestadas ha presenciado algún tipo de discriminación racista mientras practicaba deporte. Casi el 10%, han presenciado agresiones físicas en el fútbol amateur y el 6,6% en el caso del baloncesto. Estos elementos muestran, que a pesar del discurso de «España no es un país racista», se esconden realidades que «se deben afrontar de forma inmediata para la erradicación de este tipo de episodios racistas».
Entrando en la experiencia de las personas racializadas y migradas que practican deporte, el 16,7% de las personas encuestadas han afirmado haber experimentado discriminación racista en el ámbito deportivo, lo cuál supone un porcentaje por encima de la media de la representación de las personas racializadas en el mundo del deporte.
Dentro de la caracterización de estas personas, hay que señalar que las personas de origen afrodescendiente, africano y latinoamericano están particularmente expuestas a estos incidentes racistas. «Son porcentajes y perfiles que muestran la necesidad de tomar medidas urgentes para tratar de afrontar esta situación», advirtió el estudio.
Respecto a quién ejerce esta discriminación, las personas encuestadas han señalado en un 78,8% a la «afición o público espectador» con el objetivo, en muchos casos, de «tratar de desestabilizar emocionalmente a la persona o el equipo oponente a través del insulto personal».
Otro de los elementos trabajados es el papel de las instituciones deportivas (federaciones, clubes) y públicas en la prevención, detección y denuncia de incidentes racistas. Sobre esta cuestión, el 38,9% de las personas encuestadas tiene una valoración negativa o insuficiente sobre su implicación para la erradicación de esta situación y el 38,9% manifestó no tener certeza al respecto.