No es fácil dar con una de las personas más demandadas de la ciudad de Málaga en esta Semana Santa. Pero Terelu Campos (Málaga, 1965) ha tenido la deferencia de aceptar la invitación de 101 Televisión entre trono y trono. En la entrevista con 101tv.es habla sobre estas fechas tan señaladas y la importancia que tienen en su vida. Sin duda, la hija de María Teresa, aunque algunos piensen lo contrario, no ha tenido una vida fácil. Ha tenido que refugiarse en la fe cuando todo se veía en negro. El cariño de su ciudad de origen no le falta cuando viene desde Madrid ni tampoco las imágenes que la han acompañado durante este camino. A continuación, abordamos esta pasión suya en la primera parte de una entrevista extensa, enfocada a estos días tan señalados.
-¿Qué importancia tiene la Semana Santa en su vida?
-Desde hace muchos años, corto mi vida. Yo he llegado a poner en contrato que no trabajo en estas fechas, necesito estar en Málaga. Es cierto que en los últimos años ha sido más complicado. Necesito mis raíces, mi gente. Cuando vengo, ellos me hacen tener los pies en la tierra. Yo lo he mamado desde chica, al igual que toda mi familia. Mi sentimiento cofrade ha ido en aumento, he ido conocido cosas que hasta entonces desconocía, como que le canten a la Virgen de la Trinidad o ver a Las Penas en Calle San Agustín.
Devoción por el Cautivo
-¿De dónde le viene la devoción por el Cautivo?
-El Señor de Málaga creo que es especial para todos los malagueños. Mi unión viene cuando me casé y no me quedaba embarazada. Entonces, hubo un año que, desde el taller de costuras de mi amigo Mario Blanca, le pedí que me ayudara. Le prometí que iba a verlo todos los años y sólo he fallado dos veces. Una, por la pandemia; la otra, porque Alejandra nació el 24 de marzo, en plena Semana Santa. Quitando estos dos momentos, siempre lo he visto.
Su historia con un pañuelo de la Virgen de la Salud
Además del Cautivo, Terelu tiene una fuerte vinculación con la Virgen de la Salud, también de La Trinidad y de la Iglesia de San Pablo. Cuando estuvo enferma de cáncer, dos personas, hasta entonces desconocidas, le brindaron un regalo que jamás olvidará. Así relata su historia con esta cofradía del Domingo de Ramos: «En mi primer cáncer veíamos las procesiones en el Hotel Larios. Mari Pepa y Toñi se acercaron a mi mesa y me traían un pañuelo que le habían puesto a la Virgen en su pecho derecho. Desde entonces, tengo una unión muy fuerte con esa cofradía. De hecho, me meto debajo del manto cuando vuelve a la Trinidad, por supuesto, pidiendo permiso a los hombres de trono y a la Cofradía».
La Paloma y el Rico, tradiciones familiares
Por último, en relación con la Semana Santa malacitana saca un hueco para otras hermandades que siente como suyas porque forman parte de la tradición familiar. Es el caso de La Paloma, cofradía del Miércoles Santo, y el lugar donde descansa su admirado tío Juan, su tía Kika y su madre: «El primer recuerdo que tengo es mi tío Juan. La Paloma para mi es él y mis primos. Teníamos una rivalidad en la familia, porque mi padre llevaba el Rico y el resto era de La Paloma. Ahora la veo y es el encuentro físico con mi madre. Psíquico lo tengo siempre, pero cuando veo a la Virgen siento esa unión».
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