La comparsa de Francisco José Fernández Díaz ‘Toté’ ha escogido para este año un tipo dedicado al dios Baco, el dios del vino.
La primera letra es una presentación del personaje que, a su vez, está dedicada a la ciudad de origen de la agrupación: Cádiz.
A ritmo del tres por cuatro, el primer pasodoble va dedicado al veterano autor Joaquín Quiñones y a sus coplas. El segundo empieza siendo un canto al vino y a la celebración, pero termina denunciando que esta bebida no es una excusa para pegarle a una mujer.
Los cuplés hablan de los encuentros sexuales de una pareja de suegros y de la inflación. Entre ambas letras, en el estribillo los componentes convierten el agua en vino cuando lo sirven en una copa y se lo dedican a esta bebida.
En el popurrí, la comparsa brinda por aquellas personas que luchan cada día para salir adelante. También reclama que se mantenga la identidad del carnaval de Cádiz e invita al público a que «se emborrache» de esta ciudad.
La actuación de esta agrupación, marcada por los “te quiero, papá” y los gritos del público, finaliza con papelillos y un caluroso aplauso.