La cuestión es la siguiente: ¿hasta cuándo podrá resistir el actual Gobierno socialista haciendo malabarismos con sus socios? Este miércoles 22 de enero, el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez sufrió otro castigo, una severa derrota en forma de votación de la que intentará volver a reponerse con esa capacidad de seguir haciendo equilibrios ante un ecosistema parlamentario y político frágil con Junts como elemento desestabilizador.
El transporte público, las pensiones, las tarifas de la luz o las ayudas a los afectados de la dana son algunas de las votaciones que perdió ayer junto al intento de ceder un palacete en París al Partido Nacionalista Vasco (PNV). Cada partido tiene su relato y desde el PSOE critican que el hecho de no haber logrado los apoyos afecta a los ciudadanos. Por su parte, la oposición, sobre todo el PP, dice que el Gobierno está utilizando a los españoles como «rehenes» y acusa de desgobierno a Pedro Sánchez y sus ministros sin saber afianzar sus alianzas.
Adiós a los descuentos del transporte en toda España: el Congreso tumba el decreto ómnibus
Sea más cierta la versión de los socialistas o la de los populares, los que van a pagar la irresponsabilidad de los políticos serán los de a pie que se tendrán que rascar el bolsillo pagando más en el transporte; los jubilados que no verán revalorizadas sus pensiones; y las familias que no se podrán acoger a las rebajas sociales que contemplan descuentos, por ejemplo, en la tarifa de la luz.
Todo queda suspendido y pendiente de un nuevo episodio en una política española que se ha convertido en el culmen de la inestabilidad, de ‘donde dije digo…’, de gobernar a golpe de decretazos aunque luego sean revocados y de ingeniería parlamentaria, en definitiva. Un toma y daca, un tira y afloja, la negociación llevada hasta extremos impensables hace años. Desde el PSOE valoran que la ciudadanía tomará nota de lo que entienden como un fallo de cálculo de Junts y el PP de no apoyar la subida de las pensiones, y que habrá presión social al respecto.
Desde Moncloa también creen que cuestiones como el decreto ómnibus de ayudas al transporte que afectan considerablemente a clases medias y bajas que tienen que coger el autobús o el tren tendrán un efecto negativo y el peso recaerá sobre el PP. Desde el Partido Popular valoran el riesgo evidente del impacto que tiene no apoyar estas medidas y piden a los socialistas que no utilicen la revalorización de las pensiones manteniendo «como rehenes» a los pensionistas. Además, pretenden evidenciar la debilidad del Ejecutivo y la falta de rumbo.
En medio de todo está Junts, el partido nacionalista catalán y el elemento distorsionador de Puigdemont, que ha puesto una serie de exigencias al PSOE como apoyar la transferencia de la inmigración a Cataluña, ir a Waterloo o aceptar una cuestión de confianza. La formación catalanista deja la pelota en el alero del Gobierno y de un Sánchez que a ver cómo maneja este otro crac, este nuevo jaque. España y el chantaje en su versión más extendida.
