Ni 48 horas ha durado la vuelta a las rutas originales del transporte urbano de Sevilla (Tussam) en el Polígono Sur. Tras semanas de la ausencia de las líneas 30,31 y 32 por este distrito sevillano, la empresa ha decidido volver a limitar el recorrido en el Polígono Sur.
El impacto de lo que parecía un balín o una piedra en un autobús de Tussam hace algunas semanas, hizo que el comité de empresa del servicio municipal de transporte, decidiera utilizar rutas alternativas a estas tres líneas que circulan normalmente por el Polígono Sur. Muchas eran las calles y avenidas por las que dejó de pasar el autobús. Ante esto, asociaciones de vecinos como la plataforma ‘Nosotros También Somos Sevilla’ y ‘Barrios ignorados’, aseguraban que esta decisión no solucionaba la inseguridad si no que excluía a los barrios. «Castigan a los vecinos», aseguraba una de las integrantes de la plataforma, insistiendo en que la solución no podría pasar por dejar sin transporte urbano a los vecinos de la zona. De hecho, dejaron claro que «la delincuencia en el Polígono Sur no es la causa, si no la consecuencia de las políticas que olvidan a los barrios».
Un nuevo episodio de apedreamiento a los autobuses
Tras estas declaraciones que hicieron ambas plataformas para 101, este misma semana la empresa Tussam decidió volver a ofrecer el servicio íntegro de las líneas 30, 31 y 32 en el Polígono Sur. De esta forma, desde el jueves, los autobuses volvieron a su recorrido original. Ni 48 horas habían pasado cuando la sociedad Transportes Urbanos de Sevilla, perteneciente al Ayuntamiento hispalense, anunciaba este viernes por la tarde que de nuevo, sus líneas 30, 31 y 32 limitan sus recorridos. El motivo habría sido nuevos apedreamientos a los autobuses.
«La medida tiene como único objetivo preservar la seguridad de usuarios y trabajadores manteniendo el servicio al conjunto de habitantes del Polígono Sur», defiende de nuevo la empresa.
Ante esto, la plataforma Nosotros También Somos Sevilla ha insistido en que la decisión inicial de reducir los recorridos por los apedreamientos previos «no solo no soluciona la inseguridad ni mejora la convivencia, sino que agrava la exclusión y el abandono de estos barrios».