El doctor Rafael González de Caldas, pediatra del Hospital Quirónsalud Córdoba, ha señalado este viernes que el curso escolar 2022/23, que ahora comienza, será el primero que se inicie sin que haya que usar mascarillas de manera obligatoria por el Covid-19 desde el inicio de la pandemia, y se presenta con el reto de incrementar las vacunaciones de los niños, que están en cifras «muy bajas, de alrededor del 50 por ciento de los pequeños».
Así y según ha informado Quirónsalud en una nota, el doctor González de Caldas ha destacado la importancia de que aumente el número de niños vacunados, sobre todo porque «contamos con vacunas muy seguras, que van a garantizar la protección de los pequeños frente a variantes graves de Covid-19, lo que supone dar pasos de gigante hacia la normalidad del curso escolar».
En este sentido, ha insistido en que las vacunas sirven para proteger de la enfermedad grave, por lo que hay que promover la vacunación, si bien el especialista no cree necesario establecer medidas especiales en los colegios, pues ya «estamos en el buen camino, y si se incrementa la vacunación se habrá ganado en seguridad».
El doctor González de Caldas ha opinado que, «sin duda, los niños han mostrado un comportamiento ejemplar durante la pandemia», como lo evidencia que «la incidencia del Covid-19 en menores de 12 años ha sido baja, pero han surgido problemas de otra índole, como un incremento de problemas de ansiedad, depresión y exacerbación de la patología psiquiátrica previa».
El confinamiento, el miedo y la ruptura de rutinas que han sufrido los pequeños ha provocado esta problemática, como han resaltado la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil.
Este curso, según ha indicado el especialista de Quirónsalud, implicará «un desafío, por los cambios que supone, y a la espera de la respuesta que la escolarización sin mascarilla desde el inicio del curso puede tener en el desarrollo de la patología infecciosa habitual que tiene lugar durante el año escolar».
Este pasado curso «pudimos ver una reducción importante, parece que en relación con el uso de la mascarilla en las aulas, de las incidencias de gripe, bronquiolitis y otros cuadros respiratorios. De la misma forma a partir de marzo del año pasado, cuando se inició la retirada de las mascarillas, hubo un aumento en la incidencia de patología infecciosa habitual, con cifras compatibles al invierno en los meses de mayo a julio, detectándose gripe hasta ese mes, algo totalmente inusual».
Si bien todo esto son solo correlaciones, para el doctor González de Caldas «este curso se presenta cuanto menos intrigante, por ser el primero que se retoma con normalidad desde el inicio de la pandemia».