Ocurrió en agosto de 2024, durante la Feria de Málaga. Según la Fiscalía, la víctima y su pareja estaban sentadas hablando en un banco cuando un hombre su puso junto a ellas con intención de interferir en su conversación. Aunque pidieron que las dejara tranquila y al ver que se besaban, el procesado se encaró con una de ellas.
Al parecer, comenzó a gritarle “te voy a arrastrar al infierno” y “con intención de menoscabar su integridad física, comenzó a propinarle puñetazos en la cara y espalda, provocando que cayera al suelo y quedara inconsciente”. Varios testigos de los hechos reaccionaron para interceptar a este individuo y avisaron a la Policía Nacional.
Según la fiscal: «las expresiones verbales ofensivas y denigrantes que el acusado de forma reiterada dedicó a la víctima, el tono elevado y despectivo que empleó, la exposición pública a que le sometió, la absoluta gratuidad del acometimiento y la agresión física en la que degeneró el ataque verbal cristalizaron en una grave humillación que menoscabó la dignidad de la víctima y que le ha generado lógico temor a sufrir futuros ataques».
La acusación pública lo considera un delito cometido con ocasión del ejercicio de los Derechos Fundamentales y Libertades Públicas reconocidos en la Constitución en su modalidad de lesión de la dignidad por motivos discriminatorios, en concurso con un delito contra la integridad moral y un delito leve de lesiones.
Concurre también la circunstancia agravante de discriminación por homofobia. El fiscal pide para el procesado dos años de prisión y multa de 12 meses con cuota diaria de diez euros. Además, pide orden de alejamiento con la víctima de 500 metros durante tres años y la inhabilitación para profesión u oficio educativos en el ámbito docente o deportivo.
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