Su milagrosa acción trajo consigo el empate. Porque del 0-2, se pasó a la igualada final cuando los visitantes ya se frotaban las manos. El Málaga jugó su peor partido de la temporada. Sobre todo en el primer tiempo. Dónde no las vio venir. Porque los cordobesistas fueron los claros dominadores. Hasta que decidieron jugar con fuego. Ahí Haitam y Roberto sacaron a pasear su repertorio para salvar la racha de diez jornadas sin perder. Un milagro de Alfonso Herrero salva un punto ante el Córdoba (1-1)
Un milagro de Alfonso Herrero salvó al Málaga CF en la visita del Córdoba CF a La Rosaleda (1-1). Los malaguistas, sin Pellicer en la banca, pudieron igualar una contienda que tenían pérdida por sensaciones y por fútbol. Pero los blanquiazules no se dieron por vencidos. Y sacaron un punto a base de carácter y fe. Un milagro de Alfonso Herrero salva un punto ante el Córdoba (1-1)
Las sensaciones no fueron buenas desde el inicio. El Córdoba se hizo con el control absoluto hasta someter a un Málaga tibio y espeso que corría como pollo sin cabeza tras el balón. Roberto acudía solo a la presión. No había entendimiento entre líneas y la pelota le duraba poco a los malaguistas. Todos los condicionantes se cumplieron para que los visitantes se adelantasen después de un buen centro de Carracedo que Simo envió a la red.
Los peores presagios seguían revoloteando el nido malaguista. Pero aún así los de Pellicer, con Manolo Sánchez en el banco por la expulsión del de Nules, tuvieron las suyas. Cómo la de Larrubia, que se topó con un central. O la de Dioni, que no pudo con Carlos Marín. Como tampoco podrían los visitantes con Alfonso Herrero. Que fue el principal artífice del empate. Porque el guardameta toledano realizó la parada de la temporada para evitar el 0-2 y dar comienzo a la contra del empate.
Haitam fue el autor, pero de nuevo Roberto tuvo gran parte de culpa. La peleo hasta la línea de fondo, la puso atrás y el extremo marroquí reventó La Rosaleda con un el interior del pie. Era el 86’. Todo podía pasar. El partido estaba roto. Y es que a falta de goles, tuvimos una roja. La que tuvo que forzar Einar Galilea en forma de doble amarilla para evitar que Méndez se plantase ante Alfonso.
Justo empate en el templo malaguista. Cualquiera de los dos se pudo llevar los puntos. Como habría sucedido en la grada, donde convivieron ambas aficiones mostrando el músculo necesario para arropar a los suyos. El Málaga, con este punto, alcanza las diez jornadas sin conocer la derrota para quedarse tercero en solitario a cuatro del Castellón y a dos del Ibiza, el próximo rival de los blanquiazules.
