Un celador conductor del centro de salud de Cártama Estación (Málaga) fue agredido el pasado domingo, en torno a las siete de la mañana, por parte de un usuario que acudió a las urgencias en estado de embriaguez y portando un vaso de cristal, para reclamar que se le suministrara trankimazin.
Al indicarle el trabajador que ese medicamento –que se emplea para el tratamiento de los síntomas de ansiedad– debía ser recetado por un médico, el usuario reaccionó de forma violenta y empujó al celador, que cayó al suelo, golpeándose con el mobiliario de la sala y sufriendo lesiones en codo izquierdo y rodilla derecha.
Así lo han informado desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), quienes han precisado que el celador, que logró expulsar al agresor de las urgencias y dar aviso a la Policía Local de Cártama, ha interpuesto denuncia a la Guardia Civil por estos hechos.
El sindicato ha condenado estos hechos y ha puesto sus servicios jurídicos a disposición del profesional agredido. Además, ha convocado una concentración este miércoles, a las 10.00 horas, en el Centro de Salud de Cártama Estación en señal de repulsa por este nuevo episodio violento, según han precisado en un comunicado.
Ante las agresiones que sufren los trabajadores de la sanidad pública, la central sindical ha pedido a la Administración «medidas contundentes para acabar con esta situación». Según los últimos datos facilitados por la Consejería de Salud y Consumo en la última Mesa Técnica de Prevención de Riesgos Laborales, en el primer semestre de 2022 se registraron 898 agresiones a profesionales del sector sanitario en Andalucía, 187 de ellas –el 20,8%– en la provincia de Málaga.
A juicio del sindicato, esta situación «es inaceptable», por lo que reclama a la Junta de Andalucía «mayor vigilancia en los centros hospitalarios y de atención primaria, así como más dotación de personal para mejorar la prestación de servicios a la ciudadanía y reducir los posibles conflictos».
Entre las medidas concretas, CSIF reclama «la dotación de personal de seguridad en todos los centros de atención primaria con mayor incidencia de agresiones y/o situaciones violentas; la habilitación de una puerta trasera o salida de escape ante una situación conflictiva; la instalación del ‘botón SOS’ o ‘botón antipánico’ accesible para los profesionales; la difusión de mensajes disuasorios en las líneas de atención al público; y el endurecimiento de las penas por agresiones, tanto físicas como verbales, a profesionales del sistema público de salud».
El sindicato ha aludido a los tiempos de espera en los centros sanitarios, «lo que genera situaciones de desesperación», pero ha defendido que «a pesar de estas situaciones de demora para los usuarios, nunca se puede justificar la agresión a ningún profesional».
Al respecto, ha detallado que del 75,4% de las agresiones a estos profesionales en hospitales y centros de salud de Málaga fueron verbales, en concreto 141, mientras que el 24,6% fueron con violencia física. Para CSIF «es necesario que el personal afectado denuncie toda agresión ya sea física o verbal que suponga cualquier forma de acoso o persecución».
CSIF recuerda que desde hace tres años, la Consejería de Salud y Consumo tiene puesto en marcha un Plan de Prevención y Atención frente a Agresiones a Profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía tras un acuerdo en Mesa Sectorial de Sanidad para encontrar puntos de mejora y reducir los ataques verbales y físicos al personal de centros sanitarios y hospitalarios.
Sin embargo, para la central sindical este plan es «insuficiente» y solicita una revisión «para poner en marcha fórmulas más eficaces y de aplicación inmediata ante esta lacra intolerable que suponen las agresiones», ha concluido.