En la ruta navideña que marca cualquier paseo por el centro de la ciudad, es inevitable no fijarse en todos los adornos que iluminan la noche desde hace unas semanas. Fue el mismo 29 de noviembre cuando el alumbrado de calle Larios se encendió junto al Árbol de la Ilusión, que desde hace más de diez años se convierte en cómplice de personas de todas las edades en la calle Molina Lario.
Un año más, vuelve a iluminar la ciudad llevando esperanza, alegría y sueños cumplidos a quienes más lo necesitan. Desde hace una década, este árbol especial, iniciativa del Club de Leones Málaga Ilusión, ha sido mucho más que un adorno navideño; es un faro de solidaridad con aquellas familias que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
“El Ayuntamiento pone el árbol y nosotras ponemos nuestro tiempo, gracias también a las personas que colaboran. Trabajamos todo el año ayudando a quienes más lo necesitan con ropa, campañas como la Operación Kilo… donde hay necesidad, estamos nosotros”, explica la vicepresidenta del club.
Mes dedicado a los niños
Este mes es especial para el club porque está expresamente dedicado a los niños. Solo hay que ver la cantidad de ellos que se acercan hasta el árbol para colocar sus deseos, acompañados de un donativo. “Compramos juguetes y se los entregamos personalmente, aunque terminas cansada por el frío, te vas a casa diciendo: ¡Qué bien hemos ayudado!”, asegua Pepi.
La iniciativa cuenta con una red de apoyo económico a través de donativos online y Bizum, haciendo posible que más personas se unan a esta causa. Por su parte, May Ramírez, presidenta del Club de Leones Málaga, señala que este árbol es ya un ícono querido en la ciudad: “Cada Navidad amanece desnudo y se llena con las ilusiones de la ciudadanía, inaugurándose junto al alumbrado navideño de Málaga. Es una iniciativa preciosa porque todo lo recaudado se destina a llevar alegría a familias que, por diversas circunstancias, no pueden ofrecerles regalos a sus hijos en estas fechas”.
Ramírez destaca cómo este árbol trasciende generaciones y fronteras. “Viene gente de otros años a dar las gracias porque su deseo se ha cumplido, añade y explica que incluso llegan autobuses enteros para visitarlo. “Los niños escriben deseos muy emocionantes como los que piden regalos para otros pequeños afectados por tragedias como la Dana, o simplemente que todos puedan tener un regalo”, relata.
Rumbo a Valencia
La labor del Club de Leones no se queda en la provincia. “Mandamos trailers a Valencia con ropa, colchones y mantas para quienes lo necesitan. Ahora también parte de los juguetes recolectados irán para allá”, explica la presidenta, quien tiene claro que todo suma, y cada pequeño gesto se convierte en un gran cambio.
El Árbol de la Ilusión estará recibiendo deseos hasta el 2 de enero, tiempo en el que seguirá siendo el punto de encuentro de una ciudad que, año tras año, demuestra que la magia de la Navidad está en la solidaridad y el trabajo conjunto de quienes se acercan a poner sus mensajes.
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