Necesitaba el Unicaja volver a vencer en Liga Endesa después de la derrota en Valencia y así lo consiguió. Fue en el Martín Carpena, que sigue siendo un fortín del que pocos rivales rascan victorias, ante un correoso Bilbao Basket que complicó las cosas en el tercer cuarto.
Los de Ibon Navarro llegaron al encuentro tras sellar su pase a la Final Four de la BCL con el triunfo en el Reggio Emilia frente al Pallacanestro Reggiana en dos partidos. Después de hacer los deberes en Europa, tocaba retomar la tarea doméstica y así lo hizo en un gran partido coral frente a Bilbao Basket en el Martín Carpena, aunque el equipo vasco trató de aparecer.
La primera mitad fue completamente verde y morada, pues dominaron desde el principio hasta alcanzar el 45-30 con el que se llegó al intermedio, con cinco de ocho triples anotados en los primeros diez minutos.
Sin embargo, a la salida de vestuarios fue el equipo vasco el que apretó y recortó diferencias. Apretó hasta ubicarse a cinco puntos de diferencia del Unicaja con un parcial de 3-14, en los que trataron de igualar sin éxito, pues los cajistas se enmendaron en el final del tercer apartado para volver a aumentar la renta hasta los diez puntos, distancia que acabó siendo definitiva.
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De hecho, fue el anticipo de un último cuarto en el que los de Ibon Navarro dominaron con puño de hierro. 33 puntos en el último apartado, sustentados por dos 2+1 consecutivos de David Kravish y un soberbio Killian Tillie, que aunó 12 puntos con tres triples de tres intentados. Thijs De Ridder trató de volver a acercar a los bilbaínos sin éxito, ya que los malagueños se habían alejado lo suficiente como para generar la distancia que acabó siendo insalvable.
Con todo esto, los de Navarro siguen cuartos en la tabla, con distancia tanto con respecto al quinto como al tercero y con la Final Four de la BCL en el horizonte, aún con la sede por definir, del próximo 9 al 11 de mayo. Mientras tanto, el próximo domingo disputará el importante compromiso ante el Barça en el que el equipo cajista puede dejar una diferencia lo suficientemente importante como para alejarse de manera definitiva de los culés.