El Pleno de la Diputación de Málaga del próximo martes debatirá una moción de Unidas Podemos por Andalucía (UPporA) en la que solicita que la institución rechace la instalación de macroexplotaciones agroganaderas y, al tiempo, apoye a las explotaciones de ganadería extensiva, social y familiar.
En el texto recuerdan que la baja rentabilidad de la actividad agroganadera ha motivado que muchas explotaciones familiares hayan tenido que abandonar «modelos extensivos y semiextensivos por modelos productivos intensivos». «La aparición de las macrogranjas no hace más que agudizar esta reestructuración del sector y perjudicar a la ganadería familiar siendo más de 11.000 explotaciones ganaderas las que han echado el cierre en los últimos años», sostiene la coalición.
UPporA recuerda que la agricultura tradicional y la ganadería extensiva del vacuno, ovino, caprino y porcino son «respetuosas con el medio ambiente y han demostrado su sostenibilidad».
Por ello, piden a la Diputación que inste al Gobierno de España a desarrollar un marco normativo que proteja a los ganaderos y ganaderas frente a las empresas integradoras «verificando de forma continua en las macroexplotaciones que los requisitos legales se siguen cumpliendo y se mantienen las normas de calidad. Tanto para los y las trabajadoras, como para los animales que allí se producen».
Solicitan al Gobierno de Andalucía, además, que trabaje para mantener «la competitividad del sector lácteo así como del resto de los sectores ganaderos, rechazando macroproyectos puedan proponerse para otros sectores o zonas de nuestra comunidad autónoma que afecten a la competitividad». Igualmente, exigen que ponga «todas las medidas en marcha necesarias para que la recientemente aprobada Ley de Cadena Alimentaria que garantiza precios justos a los ganaderos sea una herramienta útil y eficaz que permita acabar con los abusos».
También exigen las diputadas provinciales Maribel González y Teresa Sánchez que la Junta disponga ayudas directas financieras en marcha al sector agroganadero para afrontar la subida excesiva de los precios de los costes de producción.
Así, recuerdan que el debate de las macrogranjas aborda una realidad «incontestable, que el modelo de producción y consumo actual es insostenible». «Vivimos una crisis ecológica y social con pérdida de biodiversidad, emergencia climática y contaminación que amenaza con destruir la vida en el planeta», lamentan en el texto, en el que se alude a la importancia de realizan cambios en los modelos para que sean sostenibles. «La evidencia científica viene demostrando desde hace décadas que el consumo excesivo de carne tiene un serio impacto sobre nuestra salud y la de nuestro planeta», recalcan.
Según la FAO, solo la ganadería intensiva representa el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y en España los productos de origen animal «son responsables del 80% de las emisiones asociadas a nuestra dieta». En 2020, según el MAPA, «se sacrificaron en España 910 millones de animales en matadero».
El modelo sostenible ha sido «el gran perjudicado en las estrategias agrícolas europeas y estatales», el de ganadería extensiva, social y familiar, «que es sostenible ecológicamente, conserva la biodiversidad, mejora el suelo, fija gases de efecto invernadero a través de las praderas lo que contribuye a mitigar el cambio climático y en la que el ganado además cumple con funciones de protección antiincendios», por ejemplo.
«Esa ganadería crea empleo, arraiga la población al territorio y permite producir alimentos de alta calidad. En cambio, las macrogranjas intensivas están caracterizadas por una producción masiva, rápida y lo más barata posible, lo que conlleva unos mayores costes ecológicos», sostienen.
Para la coalición de izquierdas, «no queda otra que apostar por un modelo de producción ganadera prioritariamente extensivo y ligado al territorio, que vele por el mantenimiento del medio de vida de las y los ganaderos priorizando el desarrollo rural y la fijación de población».
