Violeta Friedman es una de esas personas cuya lucha simboliza a la perfección la importancia de no banalizar el mal que diría Hannah Arendt. La historia de esta mujer rumana que sobrevivió al horror del campo de exterminio de Auschwitz es la de los ‘buenos’, la de los que pusieron cara al terror más execrable y afrentaron a los ‘malos’. Hace justo cuarenta años, en 1985, la activista judía empezó su lucha judicial contra Leon Degrelle, quien fuera jefe de las Waffen SS y que negaba el Holocausto desde su retiro tranquilo en Benalmádena. Una batalla con final feliz.
En 1985, esta activista por los derechos humanos leyó en la revista ‘Tiempo’ unas palabras de Leon Degrelle, el nazi ‘jubilado’ en la Costa del Sol que aseguraba que era un invento de los judíos aquello de los campos de concentración como Auschwitz, Mathausen o Gusen. No contento con eso también vertía su odio en forma de opiniones antisemitas y racistas. Unas declaraciones por las que acabaría sentando en el banquillo de los acusados.
80 años de la liberación de Auschwitz, un día para recordar a las víctimas del Holocausto
Tras leer aquella entrevista hace cuarenta años, Friedman emprendió un proceso judicial que duraría siete años. Esta periodista concienciada por un pasado doloroso se había venido a vivir veinte años antes, en 1965, a España junto a una hija suya. Dos decadas atrás, con apenas 14 años había acabado famélica en el campo de concentración polaco y era junto a su hermana la única superviviente de su familia. Sus padres, abuelos y bisabuelos fueron gaseados dentro de la persecución a los judíos europeos del gobierno terrorífico de Adolf Hitler.
Acomodado por Franco en la Costa del Sol
El belga Leon Degrelle se había asentado en España en 1946, acomodado por el dictador Francisco Franco. No fue el único nazi que escapó de la justicia en aquel momento y acabaría en la Costa del Sol. El franquismo lo escondería en España en una historia de película para no entregarlo a la justicia belga. Así, vivió plácidamente hasta aquella entrevista de ‘Tiempo’ en el año 85 cuando Friedman se interpuso en su camino y no paró hasta que el Tribunal Constitucional le dio la razón a ella y a su abogado Jorge Trías tras una serie de sentencias desfavorables.
De hecho, esta sentencia acabaría sentando doctrina para la reforma del Código Penal. El proceso judicial duró más de seis años hasta que el TC falló a su favor el 11 de noviembre de 1991, en una histórica sentencia que consagraba el derecho al honor y a la verdad. Además, esta sirvió como antesala de la reforma del Código penal en materia de racismo.
Homenajes en Málaga a Violeta Friedman
En Málaga, en la Plaza de la Judería junto a la sede de la Fundación Ibn Gabirol, el judío más universal que ha dado la historia de la ciudad, hay una placa que el Ayuntamiento dedicó a Violeta Friedman en 2018. En esta plaza es donde se ha conmemorado algún año el Día Internacional para la Conmemoración de las Víctimas del Holocausto en una provincia donde son 142 las víctimas reconocidas que estuvieron en campos de concentración.
Además, en Torremolinos también se le puso una calle a esta trabajadora impenitente contra el antisemitismo y las ideas de odio de negar el genocidio. Así, a muy poca distancia de donde vivió sus últimos años Leon Degrelle, fallecido en 1994 en el Sanatorio Parque San Antonio, hay una placa de Violeta Friedman que no llegó a ver ninguna de estas conquistas pues murió en el año 2000 aunque sí disfrutó de un final de su vida en el que, al menos, vio resarcida su lucha.
