El 71,4% de los fallecidos por ahogamiento son menores y el grupo de 5 a 10 años es el más vulnerable
Una imagen habitual en verano: niños y niñas disfrutando de baños en las piscinas pero también un lugar en el que hay que mantener unas pautas de conducta seguras supervisando en todo momento a los más pequeños para evitar accidentes.
El doctor Enrique Sánchez, jefe de Neonatología de Vithas Málaga y Centro Médico de Especialidades Vithas Xanit Gibraltar, quien junto al doctor Juan Pérez, jefe del servicio de pediatría de Vithas Málaga y Vithas Xanit, han enumerado una serie de pautas para tener un verano lo más seguro posible, mediante la realización de un decálogo.
El grupo más vulnerable a la hora de sufrir un accidente fatal en la piscina son los menores de entre 5 y 10 años. «Aunque dispongamos de otros sistemas de seguridad tales como cubiertas, vallas de protección o alarmas, esto no nos exime de la necesidad de la supervisión por parte de un adulto», explica el Dr. Sánchez.
Por ello, proponen diez medidas básicas de seguridad infantil para evitar ahogamientos. «Los padres deben inculcar a sus hijos estas medidas», expone Sánchez, quien considera que la primera medida es que los niños «nunca deben bañarse solos en la piscina, deben tener la costumbre de esperar a que sus padres los acompañen».
En segundo lugar, hasta que los más pequeños no aprendan a nadar tienen que ponerse manguitos o chalecos hinchables antes de entrar en la piscina. La tercera pauta es no correr cerca de los bordillos.
Como cuarta medida, el doctor Juan Pérez recomienda «evitar los cambios bruscos al entrar al agua». «Entra siempre despacio en la piscina y mójate un poco antes de zambullirte, puedes tener un cambio brusco de temperatura», recuerda.
La quinta pauta es enseñar a los menores a tirarse de cabeza solo en las zonas más hondas y señalizadas. La sexta trata sobre el cuidado de la piel y la importancia de usar el protector solar y gafas de sol.
La séptima regla, según el doctor Enrique Sánchez, es la necesidad de enseñar a los pequeños que si ven que algún niño se hace daño tiene que buscar rápidamente a un adulto para que les ayude. La octava y novena pauta del decálogo se centran en la importancia de que los menores recojan los juguetes que utilizan para evitar que otros niños tropiecen y tengan un accidente y no abran las verjas o vallas que rodean la piscina.
Como último consejo, el Dr. Pérez destaca que «para estar más seguros es de vital importancia que los niños aprendan a nadar cuanto antes y que aprendan bien».
REACCIÓN ANTE UN AHOGAMIENTO
Estos doctores también aconsejan cómo actuar ante una emergencia en una piscina y cómo reaccionar ante un ahogamiento. Lo primero, explica el doctor Sánchez, es sacar al niño del agua y evaluar si está consciente o no ya que esto marcará la técnica a seguir. Después, pediremos ayuda a los servicios de emergencia.
Si el pequeño está consciente y respira, se coloca de lado. Esta posición le ayudará a expulsar el agua mediante tos. «Sin embargo, si el niño no respira, se iniciará la reanimación pulmonar básica, conocida como RCP», continúa el Dr. Pérez.
Primero, se coloca una mano en la frente y con la otra se abre la mandíbula. Después, hay que comprobar si el niño exhala aire. Si no es así, comenzar a realizar las cinco insuflaciones de aire del RCP, sin olvidar tapar su nariz.
Si el niño no responde, añaden los doctores, comienza las compresiones torácicas que serán unas 30; tras estas 30 compresiones, se realiza nuevamente la ventilación. Dos insuflaciones, seguidas nuevamente de treinta compresiones y así sucesivamente hasta que el niño reaccione o lleguen los servicios de emergencia.