El cielo vuelve a nublarse en la capital, y la humedad presente en el aire desde primera hora de este miércoles ya vaticina los días que llegan. Las precipitaciones llegan a Málaga de forma ligera e intermitente, aunque no nos van a abandonar en unas cuantas jornadas.
En cuanto a las temperaturas, la mínima se mantendrá este miércoles sobre los 16 grados, y la máxima rondará los 23 grados. La nubosidad tampoco dejará el cielo malagueño.
Los embalses malagueños acumulan 46,4 hectómetros cúbicos más que hace una semana
Pero no crean que la nubosidad nos abandonará. La jornada del 7 de noviembre estará protagonizada por nubosidad intermitente y lluvias al 40% de posibilidad hasta el mediodía, aunque, en el caso de que haya precipitaciones, se esperan muy ligeras, intermitentes y localizadas. Las temperaturas mínimas subirán hasta los 18 grados y la máxima se mantendrá en los 23 grados.
Llegada ya la noche del jueves, las precipitaciones pueden llegar sobre medianoche, aunque se espera una llovizna ligera y breve. Respecto a las temperaturas, el viernes se prevé un leve descenso hasta los 20 de máxima, aunque las mínimas permanecerán sobre los 18 grados.
Recuperando la normalidad tras la DANA
Las intensas lluvias de las anteriores semanas, sobre todo en el Valle del Guadalhorce, que dejaron daños importantes en Álora, Cártama, Pizarra y Valle de Abdalajís, y casi 160 litros por metro cuadrado en el caso de Álora, han beneficiado a los embalses de Málaga, que han recuperado más de 46 hectómetros cúbicos en los siete pantanos de la provincia.
En el caso de los municipios por los que pasa el río Guadalhorce, tal ha sido el impacto de la gota fría que han solicitado ser declarados como zona catastrófica. Asimismo, existen vías de ayuda a los afectados de estas localidades, que han sufrido inundaciones y pérdidas importantes en viviendas, negocios y centros educativos.
¿Cómo ayudar a los afectados por la DANA del Valle del Guadalhorce?
Así, la gota fría que azotó Málaga la semana pasada ha hecho que se recupere el 62% del agua que se perdió de abril a octubre, y ha dado un respiro tras una dura sequía de seis años.